Querido Mundo, Queridos Libros

Querido Mundo,

Vengo a contarte algo que nada tiene que ver con ese bicho de los pelillos feos. O sí…

Hoy es 23 de abril de 2020,  el día del libro.

Hace meses, cuando aún éramos libres y yo hacía viajes bohemios como Valle Inclán, llegué, casi de casualidad, a la Biblioteca Nacional de Austria. Había visto algunas fotos y parecía interesante pero no imaginé lo que me iba a encontrar dentro. No fueron los grandes y antiguos ejemplares de la literatura ni los mapas ni los grandes globos terráqueos, sino el fresco que decoraba la sala principal lo que llamó mi atención y me tuvo allí dentro más tiempo del previsto. Muy lejos quedo de entender de arte, pero el arte, como el vino, cuando es bueno, me encanta, levito y se me queda el poso un tiempo.

Ni siquiera recuerdo el nombre del pintor pero el mensaje de quien pintó o quien ordenó pintar va en la línea de quien escribe estas letras desde su casa, confinada.

Los libros, como cualquier elemento cultural, son una puerta y una oportunidad para interpretarte a ti, querido Mundo. Yo entré a aquel edificio antiguo sin esperar mucho y salí con una confirmación de que el conocimiento es un híbrido entre inquietud, inspiración natural o inteligencia y transmisión de información. Por eso no podemos esperar que los profes hagan todo por los estudiantes y tampoco que los estudiantes lo aprendan todo solos. Lo escrito abre una puerta al conocimiento pero la apertura de mente real tiene que salir de la cabeza de cada uno. No vale que un libro te diga que abras la mente si al terminar de leerlo no reflexionas sobre cómo puedes hacer algo por tu armonía personal en tu pequeño terreno. De la misma manera, es peligroso que un escrito te diga cosas horribles si no reflexionas sobre la brutalidad que has leído. O las consecuencias y relaciones entre los hechos o lo que sea que se cuenten esas letras. En definitiva, de nada sirve que unas palabras juntas cuenten cosas si detrás no hay una comparación con algo. Porque la información, del tipo que sea, no vale nada si no es comparable.

Lo mismo ocurre con la historia ¿de qué nos sirve si no aprendemos de ella? Esto también lo refleja el fresco de la Biblioteca Nacional de Austria, o al menos esto fue lo que yo quise aprender allí. La historia es la que es y la verdad es sólo una. Somos las personas y el paso del tiempo quienes queremos cambiar el pasado. Por eso, querido Mundo, en estos tiempos en los que el virus de los pelillos feos nos amenaza con ser la excusa para que cambie el curso de la historia, hemos de recurrir a los libros y al pasado para entender qué, cómo y porqué. De esta manera seremos más fuertes y nuestro futuro será algo menos incierto.

Algo más que nos sugiere el fresco de la Biblioteca Nacional de Austria es que, educación, paz y desarrollo comercial van de la mano. La paz promueve la educación y el comercio. La educación es la base de la igualdad y el comercio es la base para el progreso. La actividad comercial abre mentes, expande culturas y desarrolla habilidades para descubrir e investigar nuevos mercados. La evolución (y revolución) social, viene de la mano del comercio y la educación. Esto ha sido así desde que el ser humano dejó de ser nómada. ¡Qué curioso! ¿verdad, Mundo? Venimos de ser nómadas a estar confinados…

No debemos olvidar, que para que ese progreso se de, es fundamental que vivamos en tiempos de PAZ; sin miedo y con confianza para poder realizar transacciones que sigan llevándonos a evolucionar de una manera sostenible. Con el progreso, la PAZ y la educación, la sabiduría estará más cerca que sin ellos. Y con más sabiduría, la incertidumbre será siempre menor. Una sociedad con menos incertidumbre, será una sociedad más segura y por lo tanto, una sociedad valiente.

Y esto, en tiempos del bicho de los pelillos feos, importa mucho, amigo Mundo. ¿Entiendes ahora por qué salí fascinada de aquella biblioteca?

Te dejo el enlace para que compruebes esto y más desde tu sofá https://artsandculture.google.com/exhibit/the-cupola-fresco%C2%A0in-the-state-hall-%C2%A0groups-of-figures/cAKCW6ktd3k8IQ

Un comentario sobre “Querido Mundo, Queridos Libros”

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *