Veo consternada las imágenes del incendio forestal de Portugal. Tal vez porque pienso que podría ser yo misma o mi familia quien yendo de un pueblo a otro una tarde de sábado, nos viéramos atrapados en alguna de las carreteras que cursan entre los pinares de nuestra comarca…
… Así comencé a escribir hace unos días un artículo sobre la extinción de incendios forestales. Ayer, mi padre me comentaba que ese era un buen tema para este blog de temas controvertidos y que debería terminarlo. Por desgracia, hoy nos hemos despertado con la noticia de que estaban desalojando Mazagón, un pueblo al que por circunstancias personales recuerdo con mucho cariño.
Sólo quienes comparten techo con una persona dependiente, saben de verdad lo que significa esta palabra. Detalles que no se conocen de visita, ni en una llamada de teléfono, ni siquiera en una consulta médica. Detalles que hacen la vida difícil, dura y muchas veces triste. A todas las dificultades que supone convivir con una persona dependiente, hay que añadirle los juicios de valor de la sociedad, es decir, aquellos que piensan que todo lo que hay es lo que ven en sus 5 minutos de visita.
Hace unos días recordé el cuaderno verde donde apunté todo lo que pasó en el Tour de Francia del 98, probablemente el más polémico de la historia. Un par de meses después grabé una cinta (eso que se metía en el radio cassette) con mis crónicas sobre la Vuelta a España.
Como cada mañana, salí de casa para recorrer andando los 2km que distan a mi trabajo. Siempre somos los mismos, ¡y que nadie falte! El señor con un punto de locura que nos dice a todos buenos días, la chica corriendo, la mamá de la mano de un niño, el camión del supermercado, el frutero abriendo la tienda, la pareja de recién jubilados que salen juntos a pasear y todos los coches que van y vienen a un lado y a otro de la calle.
Hace unas semanas compré un Kg de azúcar blanco por 60 céntimos de euro. Me llamó la atención que por primera vez en muchos años, el precio del azúcar no oscilara alrededor de los 90 céntimos, un producto cuya característica principal era la estabilidad del precio y la escasez de marcas ofertadas.
Como decía en este post, la economía, como concepto, consiste en distribuir unos recursos limitados ante unas necesidades ilimitadas. En muchos sectores, esos recursos han sido tracionalmente la mano de obra y la materia prima, aunque poco a poco los procesos de producción están dejando de ser intensivos en estos factores a favor de conceptos como innovación, TIC o Big Data.
Lo más importante en esta nueva economía, la del conocimiento, es que este concepto se incorpora, gracias a la tecnología, al saber hacer de los componentes del proceso productivo (personas y activos materiales), añadiendo valor y nuevas formas de trabajar incluso en los sectores más tradicionales . De esta forma, el agricultor puede obtener más producción con menos trabajo, el contable podrá dedicar más tiempo a analizar resultados que a preparar las cuentas y el historiador puede buscar un tema directamente en su ordenador en lugar de tener que ojear todos los libros de la biblioteca. Todo esto sucede y digo sucede, en presente, gracias a proyectos innovadores y multidisciplinares con una base científica o tecnológica. Ahora todos tenemos que saber un poco de todo para poder trabajar en entornos en los que la innovación se aplica a cualquier sector. Desde la historia (digitalización de archivos), la biología (desarrollo de la biotecnología) , la gestión de empresas (mejorando los sistemas de información) o la fontanería (nuevas formas de climatización) y por supuesto, algo tan importante como la medicina, donde algunos enfermos están mejorando su calidad de vida gracias a la bioingeniería.
Los sectores estratégicos son ahora los que logran transformar la materia prima (información) en un producto (conocimiento) a través de la tecnología y logran aplicar este proceso a cualquier otro sector de la economía, tradicional o no. Es decir, las reglas del juego han cambiado y el poder está en quien consigue obtener el conocimiento y transformarlo en procesos innovadores dentro del ciclo productivo.
Hasta ahora la información era poder, ahora el poder lo tiene quien sabe interpretar esa información y utilizarla.
En este video de apenas 2 minutos se explica bien:
Si os fijáis, últimamente todo el mundo es consultor. Existen las grandes consultoras de prestigio, consultoras especializadas en una temática, en un programa informáico, de PYMES, etc. Esto se debe, en mi opinión, a la especialización del trabajo que a su vez se alimenta de otras disciplinas, consecuencia de la introducción del conocimiento en la economía y el proceso productivo. Normalmente el consultor debe tener una mentalidad abierta para entender a quien tiene delante, de esta manera, el conocimiento es un input que a su vez genera más información y ésta, utilizando la tecnología como medio para lograr el fin y el social media para difundirlo, genera más conocimiento. Podríamos denominarlo, «el círculo virtuoso de la economía del conocimiento».
Educación, estrategia de la economía del conocimiento
Para poder entender la información que la tecnología nos proporciona y convertirla en conocimiento, es fundamental desarrollar desde pequeños la capacidad de razonamiento y la habilidad de aplicar a la realidad todo lo que se aprende.
Recordemos que ninguna técnica de comunicación, del teléfono a Internet, aporta por sí misma la comprensión. La comprensión no puede digitalizarse. Edgar Morin
Esta comprensión debería ser uno de los pilares de los sistemas educativos. Las matemáticas juegan aquí un papel fundamental. Suele ser una asignatura odiada porque realmente no se le encuentra el sentido a sumar radicales o a calcular logaritmos pero sin embargo, de esto te das cuenta cuando dejas de estudiarlas, las matemáticas estructuran la mente, son la ciencia que relaciona las cosas y por ello es clave que sepamos entenderlas si queremos entender mejor el mundo. Es algo parecido a lo que pasa con la microeconomía en las facultades de economía.
La naturaleza nos ha dado las semillas del conocimiento, no el conocimiento mismo. Séneca
Lo que Séneca no sabía es hasta que punto iban a poder sembrarse las semillas del conocimiento. De ahora en adelante (y en España ya vamos tarde), todos sabremos un poco de todo para poder trabajar en equipos multidisciplinares enfocados a la innovación y el progreso de todas las áreas de la vida. Es importante que todos conozcamos los términos en los que nos está hablando la otra parte del proyecto que queremos desarrollar y no olvidarnos que nunca podemos parar de formarnos. Un ejemplo claro es el lenguaje de programación. No todos tenemos que saber programar ni ser informáticos pero sí es importante que sepamos al menos, los términos que se utilizan en este área porque si somos financieros y necesitamos un programa que nos haga el presupuesto, tendremos que entendernos para poder trabajar juntos, ¿no?. Otro ejemplo es el de los grandes pensadores de la historia. La mayoría han sido en realidad grandes científicos y matemáticos pero a la vez grandes filósofos.
La clave ahora está en saber interpretar esa información de la que partimos para poder anticiparnos al futuro, ser ágiles en la toma de decisiones e invertir ese conocimiento en desarrollar métodos de producción de bienes y servicios más eficientes y sostenibles. Las habilidades del presente y sobre todo del futuro serán algunas como análisis del entorno, interpretación crítica de la información, capacidad de autoaprendizaje, capacidad de comunicar el conocimiento, colaboración entre los agentes de la sociedad, interés por poner en marcha ideas a través del emprendimiento… habilidades que en definitiva, se resumen en una sola: aprender a aprender.
El Social Media, herramienta de difusión del conocimiento
¿Habéis probado alguna vez a utilizar la búsqueda avanzada de Twitter? Muchas veces es más preciso que Google. Por ejemplo, para escribir este post he buscado tuits sobre la economía del conocimiento. De esta manera, he accedido a información difundida por referentes de todo el mundo a los que no tendría acceso de otra manera. También he visto conferencias en Youtube y me he leído muchos posts en diferentes blogs. He leído también algunos artículos que ha escrito Mark Zuckerberg sobre lo que es para él la economía del conocimiento. Para él, como padre de la red social por excelencia, compartir el conocimiento retroalimenta el círculo virtuoso del que os hablaba antes. La información se convierte en conocimiento y este otra vez en información que será emitida y captada de nuevo y volverá a retroalimentar el sistema utilizando como medio las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC).
Llegados a este punto, es obligatorio mencionar un concepto ligado a la economía del conocimiento: la globalización. La tecnología nos ayuda a conocer qué sucede en otros sitios, qué tendencias existen allí, qué opciones hay, comunicarnos con alguien que tenga nuestras mismas inquietudes o alguien que opine totalmente contrario a nosotros sobre un tema. Todo vale, lo bueno es compartirlo, incluso temas controvertidos como la conocida brecha digital, que se refiere a todos los millones de personas que aún no tienen acceso a la información digital y la diferencia de oportunidades que eso conlleva.
Enfocándonos de nuevo en el conocimiento y su difusión, existen conceptos de alto valor añadido como el marketing de contenidos, llamado por algunos capital intelectual, que instrumentaliza a través de los blogs la expansión del conocimiento. Los blogs corporativos ya no son una simple sección de noticias de la empresa, ahora es el sitio donde podemos aportar conocimientos del sector, procesos, diferentes temas relacionados de alguna manera con la actividad de nuestra organización. El blog de una web de empresa nos sirve también para mostrar nuestra responsabilidad social corporativa, algo con lo que los consumidores estamos cada vez más concienciados. Muchas empresas tienen blog pero lo tienen vacío o lo tienen lleno de contenido comercial, con una única temática: «mi empresa es la mejor». Sin embargo, hay otras que ya lo están haciendo bien, utilizando este espacio para aportar conocimiento a la sociedad, formar una cultura de consumo responsable, aportando información interesante al lector que podrá ser o no un potencial consumidor pero que siempre tendrá una buena imagen de nuestra marca-empresa. Esta información de valor, además, puede compartirse en redes sociales. Si conseguimos que nuestro blog se comparta en redes y la gente lo comente, estaremos obteniendo el llamado capital relacional, y esto facilitará que nuestra web reciba más visitas y nuestra empresa gane reputación a la vez que clientes potenciales.
Aquí os dejo un ejemplo de blog corporativo que he visto y que me ha parecido que es justo de lo que estoy hablando como ejemplo de economía del conocimiento.
Con el desarrollo de la web 2.0 y web 3.0 donde la comunicación es multilateral, entra en juego una nueva forma de aprender y de relacionarse. Esta es la clave del Social Media y concretamente de las redes sociales; compartir, que tu conocimiento se convierta en tu producto.
Esta comunicación multilateral sirve además a las empresas, para analizar la demanda y tendencias con herramientas de análisis de datos. En la economía del conocimiento el feedback, (comunicación bidireccional) esfundamental para que todos aprendamos de todos y sepamos hacia donde podemos ir.
Sin internet, la economía del conocimiento existía pero era mucho más lenta y sólo unos eruditos tenían acceso a formar parte de ella. Internet y el desarrollo tecnológico nos facilita obtener datos y analizarlos. Comparar, comentar, comunicarnos con personas que de otra manera nos sería imposible hacerlo, extrapolar las conclusiones para aprender más sobre el funcionamiento de las cosas y finalmente innovar, es decir añadir valor a algo ya existente para ganar productividad.
En definitiva, esta nueva economía consiste en introducir el conocimiento como un factor más y hacerlo en el más amplio sentido y de todas las formas posibles. Compartiendo conocimiento colaboramos para hacer un mundo mejor, creando más conciencia social con unos ciudadanos mejor formados y facilitando que se produzcan sinergias de cooperación. Seguro que tú tienes mucho conocimiento que compartir, ¿te ayudo?. 🙂
Todos hemos hecho Crowdfunding alguna vez. Cuando vamos a una boda y pagamos por una cena un importe que no nos gastamos nunca en un restaurante, estamos financiando la cena, el vestido y el viaje de novios; estamos haciendo crowdfunding, una financiación colectiva del evento junto con todos los invitados. El proyecto es la boda, los promotores los novios y la recompensa para los mecenas o inversores: horas de diversión.
Crowdfunding, micromecenazgo, financiación colectiva, financiación participativa… En definitiva, el crowdfunding es una alternativa de financiación de proyectos con o sin ánimo de lucro. La clave de esta nueva forma de captación de fondos es que se realiza vía internet y que cualquier persona puede acceder a ser inversor porque se trata de una financiación en masa.
El concepto de crowdfunding no es nuevo, existen casos a lo largo d la historia, como por ejemplo, la construcción de la base de la Estatua de la Libertad de Nueva York que fue financiada por familias humildes que aportaron en su mayoría, menos de un dólar. Sin embargo, ha sido con la revolución de Internet cuando la idea de financiar proyectos por muchas personas, se ha visto como una posibilidad real a tener en cuenta por los emprendedores que no pueden acceder a otro tipo de financiación o agrupaciones que simplemente tienen una idea de acción social. Pequeños y desconocidos Business Angels aportan pequeñas cantidades a un proyecto aún por desarrollar a cambio de una recompensa estipulada previamente.
El deporte engancha, desestresa, te hace sentir mejor, tener mejor cuerpo y lo más importante; transmite unos valores de compromiso, esfuerzo, superación y compañerismo. A lo largo de la historia, el deporte ha formado parte de los momentos lúdicos de la sociedad. Pero hasta ahora no era la sociedad quien solía practicarlos por lo que todas las ventajas del deporte no llegaban a la mayoría, se quedaban en un círculo cerrado. Sin embargo, esa visión de deporte como espectáculo y como algo a quien sólo accedían los profesionales o los que eran destinados para ello, ha cambiado en las últimas décadas.
El deporte ya forma parte de la cultura moderna del siglo XXI. Seguimos teniendo esa visión del espectáculo deportivo como algo que nos gusta, nos entretiene e incluso nos emociona, pero el deporte ahora, va mucho más lejos. En la actualidad, lo normal es encontrarte a alguien corriendo o en bici cada vez que sales a la calle. Ahora, lo normal es que alguien te diga que se va al gimnasio o que se ha apuntado a clases de *****gym. Cada vez es más normal ver a gente con ropa deportiva por la calle, cada vez son más las personas que participan en eventos deportivos populares, que se informan por su nutrición o la mejor práctica deportiva, y cada vez son más, también, los artículos disponibles para facilitarnos la rutina deportiva. Todo esto implica que tiene que haber empresas que presten estos servicios y fabriquen todos estos cachivaches.
Marcas como Nike, Adidas, Asics, Skechers, etc están viendo en los últimos años un aumento de ingresos importante gracias al auge del deporte no profesional, el deporte popular. Viendo esto, no es raro pensar que las empresas de neoprenos, bicis, zapatillas, comida energética para deportistas, etc. estarían encantadas de patrocinar tantos eventos deportivos populares como sea posible. De esta manera se acercan a crear la necesidad de comprar sus productos.