Voy a escribir estas letras por dos motivos. Uno es que no quiero olvidarme de todo lo que he aprendido hoy en un curso de resolución de conflictos. Otro es que me sentiría satisfecha si tan solo una persona aprendiera algo con lo que voy a contar. Ese es, en definitiva, el fin último de este blog.
Empecemos por el principio; los conflictos son positivos porque en caso de ser funcionales, con un origen práctico, ponen de manifiesto una situación en la que hay algo que resolver o mejorar. Por el contrario, si se trata de un conflicto irracional de esos que a veces nos inventamos por aburrimiento inconsciente, lo mejor es ignorarlo para no caer en situaciones disparatadas. ¿Para qué gastar energía en resolver un conflicto que no va a resolver ni mejorar nada? No voy a negarlo. En ocasiones, generar un debate al más puro estilo Miss Controversias, me ha llevado a un conflicto absurdo del que me ha costado salir airosa sin «odiadores» o haters que no piensan como yo.
Sigue leyendo Conflictos con final feliz no es que dejen de existir conflictos