1 de julio, una normalidad transitoria

Julio es mi mes favorito del año, o al menos lo era. Tengo buenos recuerdos de este mes. Mi mes favorito para las vacaciones, inicio del verano, el Tour de Francia, vida, descontrol, entrar, salir, adiós rutinas, las fiestas de mi pueblo. Creo que hasta estoy más guapa este mes… sin embargo, este año julio no parece que vaya a ser muy diferente a enero. La diferencia es que vamos a cambiar las manoplas por la mascarilla, o el bozal, como se lee por ahí.

Porque no me gusta nada, pero nada, eso de nueva normalidad. ¿Qué normalidad? Nos hemos acostumbrado. Nos han acostumbrado, a que el uso de la mascarilla forme parte de nuestra rutina, a mirar a los demás con recelo, a evitar relacionarnos y justificar la pérdida de derechos y libertades «por si acaso». Nos han metido el miedo dentro hasta el punto de que personas que llevan sin ver a su madre cuatro meses, teman abrazarla. Nos han convencido, o lo han intentado, de que el riesgo de contagio en niños está por encima del derecho a escolarización. Nos han quitado las cosas que nos hacen felices. Nos han separado. Nos han hecho menos humanos. Más débiles. Más vulnerables. En general, más pobres.

Esto no es normalidad de ningún tipo. Sólo se me ocurre que esto sea la normalidad que quieren implementar para otros fines de orden público con la excusa de la salud. Si de verdad esta nueva forma de vivir tuviera el objetivo de frenar una pandemia, el concepto adecuado debería ser “normalidad transitoria”, de manera que quedara claro que esto va a tener una duración limitada. Sin embargo, el concepto “nueva normalidad” da a entender el carácter indefinido (o infinito) de esta circunstancia.

Y eso espero, que esto sea una normalidad transitoria y no una transición a otra normalidad (peor) y que todas las conclusiones a las que he llegado en estos tres meses no sean ciertas. Lo que para muchos son conspiraciones, Google, otros buscadores y mi sentido lógico me han enseñado que no lo son tanto. El nuevo orden mundial no es un concepto conspiranoico, es algo que se lleva implementando décadas, al menos, desde la década de los 70 que se publicó el informe Kissinger. Leyendo un libro de este mismo autor es fácil darse cuenta de lo que está pasando:

«el orden (mundial) es algo que debe ser cultivado, no puede imponerse»

¿Qué mejor manera de cultivar en la población una nueva forma de ordenar el mundo que justificándola con una amenaza a la salud pública? ¿Qué otra manera más fácil de hacerlo con el clamor de los ciudadanos? ¿Qué mejor forma de impedirles que salgan a la calle a manifestarse que prohibiendo un derecho constitucional por un decreto aprobado legalmente?

Ante la salud de los demás sólo nos queda respetar el miedo y eso es un arma infalible para quien planifica el funcionamiento del mundo. Moralmente la libertad acaba donde empieza el miedo de los demás pero no viceversa. Sin embargo, si echamos la vista atrás ¿cuántas veces en la historia el respeto al miedo de los demás y la incertidumbre han acabado en catástrofe? Parece como si el coronavirus nos hubiese bloqueado la mente. Y aunque se trata de una nueva enfermedad y debemos ser prudentes, no se trata de la única enfermedad contagiosa, ni de la única causa de muerte. A veces parece que el mundo se ha parado tanto que ya no hay sucesos, ni otras desgraciadas enfermedades.

Pero no todo el mundo tiene miedo, hace pocos días viví algo sorprendente. Incluso personas que habitualmente no tienen actitud crítica están empezando a cuestionarse la posibilidad de que haya una gran mentira detrás de una pandemia que nos han llevado a justificar este cambio de vida. Eso sí me llama la atención porque sólo así, siendo críticos; cuestionándolo todo y hablándolo con los demás, podremos evitar que el plan les salga bien.

Empieza mi mes favorito del año y yo soy muy de la antigua normalidad. No me defraudes, julio.

Querido Mundo, Queridos Libros

Querido Mundo,

Vengo a contarte algo que nada tiene que ver con ese bicho de los pelillos feos. O sí…

Hoy es 23 de abril de 2020,  el día del libro.

Hace meses, cuando aún éramos libres y yo hacía viajes bohemios como Valle Inclán, llegué, casi de casualidad, a la Biblioteca Nacional de Austria. Había visto algunas fotos y parecía interesante pero no imaginé lo que me iba a encontrar dentro. No fueron los grandes y antiguos ejemplares de la literatura ni los mapas ni los grandes globos terráqueos, sino el fresco que decoraba la sala principal lo que llamó mi atención y me tuvo allí dentro más tiempo del previsto. Muy lejos quedo de entender de arte, pero el arte, como el vino, cuando es bueno, me encanta, levito y se me queda el poso un tiempo.

Ni siquiera recuerdo el nombre del pintor pero el mensaje de quien pintó o quien ordenó pintar va en la línea de quien escribe estas letras desde su casa, confinada.

Los libros, como cualquier elemento cultural, son una puerta y una oportunidad para interpretarte a ti, querido Mundo. Yo entré a aquel edificio antiguo sin esperar mucho y salí con una confirmación de que el conocimiento es un híbrido entre inquietud, inspiración natural o inteligencia y transmisión de información. Por eso no podemos esperar que los profes hagan todo por los estudiantes y tampoco que los estudiantes lo aprendan todo solos. Lo escrito abre una puerta al conocimiento pero la apertura de mente real tiene que salir de la cabeza de cada uno. No vale que un libro te diga que abras la mente si al terminar de leerlo no reflexionas sobre cómo puedes hacer algo por tu armonía personal en tu pequeño terreno. De la misma manera, es peligroso que un escrito te diga cosas horribles si no reflexionas sobre la brutalidad que has leído. O las consecuencias y relaciones entre los hechos o lo que sea que se cuenten esas letras. En definitiva, de nada sirve que unas palabras juntas cuenten cosas si detrás no hay una comparación con algo. Porque la información, del tipo que sea, no vale nada si no es comparable.

Lo mismo ocurre con la historia ¿de qué nos sirve si no aprendemos de ella? Esto también lo refleja el fresco de la Biblioteca Nacional de Austria, o al menos esto fue lo que yo quise aprender allí. La historia es la que es y la verdad es sólo una. Somos las personas y el paso del tiempo quienes queremos cambiar el pasado. Por eso, querido Mundo, en estos tiempos en los que el virus de los pelillos feos nos amenaza con ser la excusa para que cambie el curso de la historia, hemos de recurrir a los libros y al pasado para entender qué, cómo y porqué. De esta manera seremos más fuertes y nuestro futuro será algo menos incierto.

Algo más que nos sugiere el fresco de la Biblioteca Nacional de Austria es que, educación, paz y desarrollo comercial van de la mano. La paz promueve la educación y el comercio. La educación es la base de la igualdad y el comercio es la base para el progreso. La actividad comercial abre mentes, expande culturas y desarrolla habilidades para descubrir e investigar nuevos mercados. La evolución (y revolución) social, viene de la mano del comercio y la educación. Esto ha sido así desde que el ser humano dejó de ser nómada. ¡Qué curioso! ¿verdad, Mundo? Venimos de ser nómadas a estar confinados…

No debemos olvidar, que para que ese progreso se de, es fundamental que vivamos en tiempos de PAZ; sin miedo y con confianza para poder realizar transacciones que sigan llevándonos a evolucionar de una manera sostenible. Con el progreso, la PAZ y la educación, la sabiduría estará más cerca que sin ellos. Y con más sabiduría, la incertidumbre será siempre menor. Una sociedad con menos incertidumbre, será una sociedad más segura y por lo tanto, una sociedad valiente.

Y esto, en tiempos del bicho de los pelillos feos, importa mucho, amigo Mundo. ¿Entiendes ahora por qué salí fascinada de aquella biblioteca?

Te dejo el enlace para que compruebes esto y más desde tu sofá https://artsandculture.google.com/exhibit/the-cupola-fresco%C2%A0in-the-state-hall-%C2%A0groups-of-figures/cAKCW6ktd3k8IQ

Querido Mundo, sobre la libertad

Hoy es domingo 22 de marzo de 2020. Es tarde, casi media noche, pero me he pasado el día leyendo e intentando entender todo esto que está pasando. Como ayer te conté, en España, como en muchos otros países del mundo, se ha prohibido salir a la calle por una razón de salud pública. Sí, prohibir, obligar… qué verbos tan feos. Pero a veces son necesarios.

Me ha costado mucho aceptar esta situación. Para una persona como yo, cuya ideología no es otra que la de defender que cada cual haga de manera responsable lo que crea que tiene que hacer, es muy duro aceptar que vives en un Estado donde se ha limitado (por  no decir suprimido) el derecho a circular libremente por donde consideres. Ya lo sabes, Mundo, que es la falta de libertad algo que va contra mis valores pero a veces, como cuando educas a un niño, es necesario usar uno de esos verbos feos: PROHIBIR.

Y es que nos estamos contagiando un virus muy malo, el de los pelillos feos, que mata a muchos y hace sufrir a muchos más y la única forma que dicen que tenemos de pararlo, es no relacionarnos. La solución tiene toda la lógica.  De la misma forma que si quieres guardar un secreto, no se lo cuentes a nadie, si quieres frenar una pandemia, no te relaciones con nadie. Es fácil entender pero difícil aceptar.

Me sorprende mucho de qué manera el miedo nos hace normalizar situaciones que no son normales. Nos han privado de nuestra libertad más cercana, la libertad de movernos por donde queramos dentro de nuestro país. Sin embargo, todo el mundo calla. Salvo una vecina a la que el otro día le oí decir “esto es una dictadura” y honestamente, yo pensé lo mismo… Una dictadura del miedo y la incertidumbre. Me llama muchísimo la atención que en enero todos estábamos sorprendidos con los 11 millones de aislados en Wuhan y la forma tan agresiva que tuvieron de hacerlo. Mi mente lo justificó porque esos métodos son propios de una dictadura. Pero ahora que somos muchos más de 11 millones, permanecemos quietos, callados, justificando este nuevo orden social que en mi opinión, no ha sido impuesto por los Gobiernos nacionales, sino desde alguna institución oficial o extraoficial superior que quiere ver qué pasa ante esta novedosa situación…

En otra de las cartas te contaré, amigo Mundo, cual ha sido la secuencia de decisiones y comentarios políticos, de manera que te des cuenta, como muchos otros y yo misma, que alguna variable de la ecuación se nos está escapando. Tengo la sensación de que estamos confundiendo aceptación de la situación para una mínima estabilidad psicológica y social, con normalización de algo que no es normal. Y eso, amigo Mundo, eso me da muchísimo miedo. Un miedo diferente al del virus de los pelillos feos. No podemos olvidar que esta situación podría haberse evitado en caso de haber sido buenos gestores. La supresión de libertades ha sido un extremo al que nunca deberíamos haber llegado. Toda la población está confinada en su casa, recordemos: toda, con las consecuencias de todo tipo que eso conlleva.

Entiendo, querido Mundo, que no es fácil para un Gobierno tomar la decisión de suprimir libertades. Sin embargo, me llama poderosamente la atención que ningún Gobierno del occidente de Europa, haya sido capaz de hacer las cosas bien. Parece como si quisieran que acabáramos todos confinados en casa… Me asombra además que no se nos hayan explicado las alternativas que había a la supresión de libertad. Puede que esta sea la forma más efectiva de luchar contra la expansión de un virus, sobre todo teniendo en cuenta que cuando hemos reaccionado, el virus ya estaba en nuestros cuerpos. Pero creo, o así lo haría si de mí dependiera, que la supresión de un derecho fundamental en un estado democrático, debería ir acompañado de más explicaciones, como otras posibles alternativas y las razones por las que estas alternativas no no se han podido llevar a cabo.

Echo de menos calidad en los discursos, explicaciones, lógica, argumentos, coherencia. Echo en falta sentirme que estoy en buenas manos y que de verdad todo va a salir bien sanitaria, social y económicamente. Te aseguro, querido Mundo, que este asunto me ha estado machacando mentalmente toda la semana porque creo que la supresión de libertad impuesta por la ley democráticamente, tiene que ser más responsable y transparente.

En ‘El Contrato Social’, Rousseau decía:

Si no considero más que la fuerza y el efecto que produce, diré: mientras que un pueblo se ve forzado a obedecer, hace bien, si obedece; tan pronto como puede sacudir el yugo, si lo sacude, obra mucho mejor; pues recobrando su libertad por el mismo derecho con que se la han quitado, o tiene motivos para recuperarla, o no tenían ninguno para privarle de ella los que tal hicieron. Pero el orden social es un derecho sagrado que sirve de base a todos los demás. 

Jean-Jacques Rousseau

El orden social está por encima de cualquier libertad individual en momentos de riesgo como el que estamos viviendo. Este texto junto con los muertos por el virus que desgraciadamente afectan a algunas personas conocidas, me han hecho darme cuenta de que la libertad y la lógica a veces hay que dejarlas de lado. Y después del virus que las piezas del puzzle se coloquen solas o empujaremos para que se coloquen.

Seguiré escribiéndote…

Querido Mundo:

Te escribo desde mi mesa multiusos. Aquí, al lado de la ventana. Al fondo edificios de ladrillo y más cerca los árboles del jardín de enfrente, ya verdeciendo. Hoy es sábado 21 de marzo de 2020 y tengo mucho que contarte. Ayer empezó la primavera pero este año no es una estación que explote vida. Este año, querido amigo Mundo, todo dentro de ti se está volviendo loco. La primavera está triste. Los árboles brotan pero no podemos salir a verlos. Una gran parte de los países occidentales tiene por ley a su población metida en casa, alarmada por un virus que amenaza la existencia de la humanidad tal y como la conocemos. Se llama coronavirus, dicen que por la forma que tiene, yo lo llamo el virus de los pelillos feos. Porque seguro que es feo, feísimo, con pelillos negros y con cara de malo, como los virus de Érase una vez la vida.

La realidad ahora mismo es esta. Estoy aquí, en la mesa de siempre, escribiendo mis cosas como cualquier otro sábado de lluvia. No hay nada diferente, salvo que hoy no quedaré con nadie, ni iré a Gavilanes, ni de compras, ni siquiera a comprarme una llave inglesa a la ferretería de abajo. Se me ha roto la ducha y no puedo arreglarla ¡en serio! Es que no me lo creo… No puedo salir a la ferretería porque sólo puedo salir para comprar comida, gestiones bancarias, medicinas o tabaco. Pero yo no fumo, ya sabes. ¡Y menos mal! Porque este virus de los pelillos feos está matando a gente asfixiada. A mucha gente mayor o gente enferma pero también a gente sana. El bicho ese es feo y malo. Incluso los médicos y personal de hospital se están infectando y tienen que dejar de curar para curarse y no infectar más a otras personas. Porque el virus es malvado y quiere hacerse con el poder en el mundo. En España tenemos muy buenos médicos y buen sistema sanitario, pero los recursos tienen un límite y hay tanta gente enferma que no caben en los hospitales ni  hay material suficiente. La gente necesita ayuda artificial para respirar. Es una locura. Me da miedo mi papá, ya sabes que está débil. Y como él tanta gente que no merece morir sola ni sufriendo ni morir antes de tiempo.

El otro día pidieron cartas para los enfermos que además de encontrarse fatal, tienen que estar solos en los hospitales para no contagiar a nadie. Así que imagínate, qué duro para todos, el enfermo y su familia. Y los que fallecen, que lo hacen solos, no pueden ni siquiera tener el entierro que cualquier persona se merece. Tienen que enterrarles con muy poquita gente porque hay una ley que nos prohíbe juntarnos físicamente con otras personas. ¿Te puedes creer? No, no podemos ir andando con alguien por la calle. Sólo podemos salir de uno en uno, como soldaditos y por motivo justificado y tampoco podemos hacer grupillo. ¡Con lo que nos gusta a los españoles cotillear en grupillo! Tampoco podemos ir a ver a nadie a su casa. Incluso las familias que viven en la misma casa no se dan besos ni abrazos para no contagiarse entre ellos porque es la forma de matar al bicho, no dejar que se reproduzca. Las tiendas y los bares están cerrados. Sólo sigue abierto lo que sea imprescindible para subsistir.

Pero esto no es sólo algo de España. Esto pasa en Italia, donde hay muchos muertos, en Francia, en Holanda, en Argentina… y en otros países donde no son tan estrictos de momento pero se recomienda no salir a la calle para frenar los contagios. Las empresas en casi todos los países han mandado a quien pueda a trabajar desde casa y el mundo se ha quedado estancado por el bicho de los pelillos feos. Esto ha pasado antes en China donde ya se están recuperando y donde ya tienen en funcionamiento sus fábricas. Están siendo tan amables desde las empresas chinas que nos ayudan con sus ideas y su material. Menos mal que ellos tienen soluciones para todo, se nota que tienen una planificación y financiación estatal optimizada, sin duda que se nota.

Ya ves, Mundo, quien nos lo iba a decir… los de la dictadura comunista avanzando hacia el progreso capitalista y los capitalistas retrocediendo hacia la represión y control de una dictadura. ¡No me digas, Mundo! ¡no me digas que no estamos locos!

Pero de eso hablamos en otra carta. Mañana te escribo de nuevo. Si quieres te escribo una todos los días porque te aseguro que tengo contenido para contarte cosas durante mucho tiempo. Todo esto que estamos viviendo saldrá en los libros de historia contemporánea del futuro próximo. Esto que nos está pasando es algo malo; enfermedad, muerte, sufrimiento y falta de libertad entre otras cosas pero a la vez las personas intentan sacar lo mejor dentro de esta situación de alarma. A veces nos cuesta asumirlo porque esto no entraba en nuestros planes. ¿Sabes, querido Mundo? yo estaba haciendo mi vida normal, como todo el mundo, tanto que los políticos también hacían su vida normal. Cuando llegó el virus feo de los pelillos y nos trastocó todos los planes justo acababa de conocer a un chico de una manera insólita pero nada que ver con todo esto que estamos viviendo. Esto sí es inaudito, escéptico e inconcebible en un mundo como el que conocíamos hasta ahora, por eso todos decimos que esto es algo que nunca creíamos llegar a vivir.

Algunos como yo hemos sido muy afortunados hasta ahora. Tengo la sensación de haber estado 35 años viviendo en una burbuja libertaria y ser un polluelo que ha salido de repente a la cruda realidad. Sigo contándote pronto, pero si quieres, dile a cualquiera de tu mundo que deje su comentario abajo. Son momentos para compartir y reflexionar.

#YoEscribo #YoMeQuedoEnCasa #MissVerdaderasControversias

Por qué no tengo árbol de navidad

No me gusta la navidad. No necesito que sea navidad para estar con mi familia ni tampoco nos queremos más en estas fechas. Tampoco tengo recuerdos especiales de la navidad más allá de buscar musgo para poner el portal de Belén en la escalera (ventajas de vivir en un pueblo de montaña) y la obsesión  de mi abuelo con la lotería. Una época que pasaba de vacaciones y acababa con los regalos que traían los reyes al volver de la Cabalgata. Hace mucho de eso, claro.

Sin embargo, este año ha sido especial. Tras cuatro semanas visitando cada día a mi padre en el hospital y con un pronóstico incierto, no parecía que fuera a ser otro el plan el día 24 de diciembre que el que llevábamos tiempo teniendo como rutina diaria. “Nos da igual”, decíamos. Y en realidad nos daba igual, lo importante era que los médicos hicieran todo lo mejor que pudieran hacer, como así hicieron. Sin embargo, cuando finalmente mi padre mejoró en 24 horas lo que no había hecho en cuatro semanas, empecé a creer en lo que la navidad significa. Alguien desde algún lado nos mandó la energía de la buena suerte. Debía haber atasco en el cosmos 😀

Daba igual lo que comiéramos. Daba igual lo que bebiéramos. Lo importante era que sin esperarlo, podríamos pasar la nochebuena con él. Y es que me di cuenta de que en realidad eso es el espíritu navideño. Que nada cambie. Que todo siga igual. Y que sólo las cosas naturales de la vida sean las que cambien. Un hermano que está con su familia política o que le ha tocado trabajar. O quizás, un abuelo que falta por cosas propias de la edad. Aunque eso no evita que se les eche de menos.

Ha sido asombroso ver cómo mi padre ha podido pasar la navidad en casa gracias a la sabiduría y al amor de mi madre. Bueno y también a su insistencia con algunas enfermeras que se duermen en los laureles 😉  Amor por mi padre pero creo que más aún amor por sus hijas. Porque hubiese sido triste, aún sin espíritu navideño, pasar los días de navidad en el hospital. Y es que mi madre es de esas personas que da más la talla cuando las cosas se ponen oscuras.

Llegados a este punto, diréis… ¿y qué tiene que ver todo esto con tu árbol de navidad? Pues sí, tiene que ver mucho. La decoración navideña se pone con, por y para compartir con todos los que están en casa. Así que yo no tengo árbol de navidad. No. No es que no lo haya sacado del trastero. Es que no tengo de eso. Ni árbol, ni bolas, ni estrella que poner en la puerta. Nada. Algo dentro de mí siempre me ha dicho que la decoración navideña es para ponerla en familia. Que es un momento para compartir con los que viven en casa como parte de los eventos navideños, como lo era montar el belén con musgo en la escalera y preparar los monigotes que pegábamos en la espalda el día de los Santos Inocentes. ¿Qué gracia tiene por tanto que ponga un árbol de navidad por y para mí sola? ¿Abro una botella de cava para pasar la tarde de decoración si ni siquiera sé abrirla? El árbol de navidad empieza por A. A de Amor, Ayuda, Alegría combinados con Armonía. Y hasta que no se den todas las circunstancias juntas, yo no tendré mi propio árbol de navidad. Porque como me ha enseñado esta navidad 2019, la navidad es para compartirla.

¡Bravo Greta!

Estoy muy asombrada. Acabo de leer esta noticia sobre Greta Thunberg en la que explican que fue diagnosticada de Síndrome de Asperger y Trastorno Obsesivo Compulsivo. Después me he acordado del discurso en la cumbre del clima cuya seguridad y firmeza no me hubiesen hecho pensar que esta persona tiene diagnosticada una enfermedad de la que por suerte para mí sé poco pero me imagino que dar un discurso de alcance mundial no entra dentro de sus mayores facilidades. Por este motivo, no puedo decir más que ¡bravo, Greta!

Además, independientemente del contenido de sus discursos melodramáticos, el movimiento de cambio climático necesita un referente y alguien que ponga la cara. En este caso, la cara y la piel. Porque mientras otros hacen activismo en Twitter desde el sofá de casa, ella se está recorriendo el Atlántico en catamarán. Así que por eso también hay que decirle ¡bravo, Greta!

Hace unos meses viajé por trabajo a Glasgow y el viernes a mediodía me encontré una concentración de gente muy joven en la plaza en la que estaba mi hotel. Observé un poco y busqué en internet de qué se trataba. Descubrí el Friday for Future pero realmente no sabía quien estaba detrás de todo esto ni de donde surgía.

Han pasado unos meses desde aquello y hemos llegado a Diciembre de 2019. Ahora ya sé de donde viene el Friday for Future y quien es Greta Thunberg. También sé quien es su madre, quien ha escrito un libro contando la historia de su hija desde el diagnóstico de Aspergen (en otras fuentes he leído autismo y mutismo) y cómo el activismo ha sido su motivación para volver a hablar y seguir adelante. En cualquier caso, el libro en cuestión está disponible en Amazon por 20,46 euros. No está mal. Quiero suponer que los ingresos del libro servirán para financiar el activismo de su hija puesto que el activismo ha sido el motivo por el que su hija ha podido hacer una especie de terapia que le ayuda con su enfermedad. En cualquier caso, esta señora ha aprovechado la coyuntura y ha vendido la intimidad de su familia para ¿ayudar a otros padres? Si fuera así que desde luego es una causa buenísima, bastaría con distribuir su experiencia por internet… ¿sacar dinero para el activismo? ¿permitirse poder dejar de cantar ópera para poder cuidar a su hija? Una vez más, ¡bravo, Greta! Con 16 años y con un mensaje anticapitalista has conseguido que tus padres dejen de trabajar para acompañarte en tu activismo, vendiendo un producto a través de una de las empresas más agresivas en el capitalismo actual como es Amazon… ¿Parece que sí es posible vivir del activismo en el mundo actual? (Esto lo dejo para otro post).

Es muy bueno que exista una cara que sea un referente. Es muy bueno que esa cara sea alguien joven para arrastrar con ella a muchos de su generación. Es muy bueno que los lobbies (los lobbies capitalistas, claro está, porque lobbies hay de todas las cosas) sepan de sus discursos y es muy bueno que hayas encontrado la forma de salir de tu enfermedad. Pero pongámosle a esto un poquito de coherencia. Una chica de 16 años (cuando empezó tenía 15) no tiene rigor para hablar del mundo como si fuera una experta en Desarollo Sostenible al estilo de Jeffrey Sachs. Podrás hacerlo Greta pero te falta experiencia y también te falta formación. Ambas van de la mano para alcanzar una visión completa de cómo funcionan las cosas. Aunque probablemente alguien te dé soporte en esto y de ahí la profundidad y drama de tus discursos. Nadie te ha robado la infancia, salvo tu salud, por desgracia. Decir que te han robado la infancia habiéndola pasado en Suecia me parece un poco irrespetuoso con los que la han pasado en Somalia o en Ruanda. Pero la lágrima da más titulares, sin duda y de eso se trata, de sacar titulares por la causa… ¡bravo Greta!

Y me quedo con una duda… ¿se asegurarán que Amazon haga la entrega del libro con una logística medioambientalmente responsable? La responsabilidad con el medio ambiente no acaba en lo obvio. Lo más importante es todo eso que no se ve, el papel, la tinta, el proceso de fabricación, el transporte hasta el almacén y el transporte hasta el destino… lo más importante es ser consciente de cómo repercuten nuestras decisiones en aquellas cosas que no vemos pero que tiene que suceder para que nuestra necesidad o capricho sean cubiertos. Y ahí es donde yo desde este blog intento hacer mi activismo personal. Seamos conscientes de lo que conllevan nuestras decisiones y nuestro estilo de vida. Distribuir esa información por Internet sería mucho más acorde a su activismo. Mientras todo sean discursos y fotos en un catamarán con ropa de «Unidos detrás de la ciencia», no estamos más que ante más activismo ecologista tradicional. El eslogan es muy bonito pero el ejemplo y el activismo práctico y no dramático es el siguiente paso. Como dije antes, un referente tan joven probablemente arrastre a mucha gente de su edad pero es importante que no tomen el ejemplo de de la formación. Nunca he entendido las huelgas de estudiantes porque son ellos los únicos perjudicados. Tampoco las entendía cuando estudiaba. La concienciación importa pero no más que la formación y la experiencia que nos hagan tener una visión real y un punto de vista siempre crítico. El verdadero cambio para un mundo mejor está viniendo por la innovación para un desarrollo sostenible; en lo social, en lo económico y en lo medioambiental. Lo demás no es nuevo. Lo demás no sirve.

Pero sin duda, esta chica pasará a la historia del activismo ecologista siendo todavía menor de edad y con una enfermedad muy seria. Ya has conseguido mucho más que yo: ¡bravo Greta!

22 años de historia

Es viernes por la noche. Mi móvil dice que fuera hace 2º. Dentro el termostato marca 21º pero acabo de quedarme helada. He terminado de ver el último episodio de la serie documental sobre ETA que está emitiendo Movistar, referente a Miguel Angel Blanco. Los dos capítulos que había visto hasta ahora me habían enseñado otro punto de vista del terrorismo de ETA, como el perdón de las víctimas y la integridad de los que no aceptaron la extorsión y acabaron siendo asesinados. Pero este tercer capítulo es impactante. Clase de Criminología en la universidad y apenas unos pocos saben quién fue Miguel Angel Blanco. “Uno que secuestraron mucho tiempo”. Ese fue Ortega Lara, querida. A Miguel Angel Blanco lo secuestraron 48 horas antes de matarlo. Yo tenía 13 años. Entonces no había internet, la fuente de noticias de última hora eran la tele y la radio, donde aquellos días emitían constantemente informativos y manifestaciones. Probablemente me choque que estos chicos (y chicas) no sepan quién era Miguel Angel Blanco porque es contemporáneo a mí. Sin embargo, me sorprende que lo que sucedió esos días no se estudie en los libros de historia, teniendo en cuenta que el terrorismo fue el gran problema de España y tuvo una solución aparentemente razonable. Además porque el terrorismo ha estado muy ligado a nuestra historia reciente, debería estudiarse al igual que las guerras, su contexto, origen, causas y consecuencias, así como el impacto positivo que probablemente haya tenido en este caso la actitud de las víctimas en el resultado final, la concordia.

Me llama la atención la foto en Guernica de algunos asesinados por ETA, ¿os imagináis que los estudiantes de Criminología no supieran en qué contexto se pintó el Guernica? En mi opinión, la muerte, perdón, el asesinato de Miguel Angel Blanco, debería servir, al igual que el Guernica, para que esas atrocidades no vuelvan a suceder. Es por ello necesario entender el contexto, las causas y las consecuencias de cada hecho para evitar a tiempo provocaciones imprudentes que puedan llevar a repetir hechos parecidos que ya debemos tener aprendidos. Es peligroso olvidar y es peligroso sesgar, en estos tiempos en los que, precisamente, el nacionalismo de todos los espectros está tan de moda.

Me ha llamado la atención también algo que desconocía. El padre de Miguel Angel Blanco, un hombre sencillo, se enteró del secuestro de su hijo en la puerta de su casa de boca de una periodista cuando llegaba a casa en su furgoneta. Y yo tampoco sabía que Miguel Angel Blanco hablaba sin miedo en una época en la que lo normal era agradar a los malos y no dejarles en evidencia para evitar entrar en su lista negra. Pero el mundo avanza gracias a los valientes (y las valientes) que se atreven a ir contracorriente. ¡Gracias!

Las manifestaciones de julio de 1997 unieron a los españoles como lo hizo el Mundial en 2010, perdonadme la comparativa pero jamás he visto a todo el mundo tan unido como en esos días. No hubo diferentes bandos en el lado de los buenos. Sólo había dos papeles en la historia y estaba claro qué papel tenía cada uno. La sociedad se unió en lo más importante, los valores para diferenciar el bien y el mal. Tal vez era fácil verlo al estar hablando de la vida de un joven de 29 años. Por eso es tan importante estudiar la historia. En este caso, la gravedad del asunto dejaba claro quienes eran los buenos. El problema es que en otras ocasiones no se trata de buenos ni malos sino de lo malo o lo menos malo o simplemente lo óptimo.

Por eso, leamos diferentes fuentes y no nos quedemos en lo básico o en lo que estamos de acuerdo. Ahora lo tenemos fácil con internet. Sabemos hacerlo y no tenemos excusa. Hemos comprobado que podemos evitar la división en la calle por temas que a todos nos afectan. Pongamos interés y conciencia. Entendamos, como dije antes, contextos, entornos, causas y consecuencias. No nos quedemos sólo en lo que ya creemos saber. Leamos incluso lo que no nos gusta y hagamos uso de esa porción de empatía que nos corresponde por ser seres humanos. Que la historia nos sirva para aprender, especialmente la historia reciente del siglo XX.

Tinder o la automatización del juego del amor

No pretendo con esto dar lecciones y ni mucho menos ser consejera de nadie. La gente suele contactar conmigo para que le oriente en lo profesional por mi aire de sabelotodo y empollona. Sin embargo, cuando alguien me cuenta sus problemas sentimentales, enseguida interrumpo y digo… yo no soy nadie para dar consejos de amor.

La felicidad -o subsensación- a pesar de lo que dicen los cuentos, se encuentra en los momentos más inesperados, más fugaces, y no tanto en las historias de amor de cincuenta años -pasan tantas cosas en cincuenta años…-

Selam Wearing

En realidad creo que sé más de lo que creo saber. No de amor, de amor yo no sé nada, pero sí del juego del amor. Porque el amor, las relaciones, el sexo y todo lo que está relacionado en torno a los sentimientos o como me gusta decir a mí, sensaciones, todo eso es en realidad un juego.

El juego del amor ha existido siempre. Hay personas tranquilas, que son felices con una vida estándar y sin complicaciones. Otras personas dan la apariencia de ser tranquilas pero en realidad les cuesta serlo. Por último, están aquellas que no son tranquilas ni pretenden engañar a nadie aparentando ser lo que no son.

Las personas del grupo 1 son personas de relaciones largas. Acaban una y empiezan otra o están toda la vida con la misma persona. No hay complicaciones. Se enfrentan a las dificultades y siguen adelante. Si les hablas del juego del amor se creerán que es un programa de la tele o una serie de televisión sudamericana.

Las personas del grupo 2 aparentan ser como las del grupo 1 pero en realidad les encanta el juego del amor y lo necesitan para bombear su sangre. Estas son las personas infieles, al menos de pensamiento. Necesitan la vidilla de lo que toda la vida ha sido el tonteo. Perfectos hijos, hermanos, amigos y compañeros de trabajo. Y también perfectos amantes.

Las personas del grupo 3 viven en armonía con su estado de pertenecia al juego del amor. Es decir, juegan a ello libremente con sus ventajas y sus inconvenientes. Las personas de los grupos 2 y 3 adoran el juego del amor. Es oxígeno para ellos, pero a diferencia de los del grupo 2, los del grupo 3 disfrutan de ello libremente. Son también son perfectos hermanos, amigos y compañeros de trabajo y suelen catalogarse como solteros de oro. Tener amigos del grupo 3 es muy divertido porque no nunca faltan historias del juego del amor.

Pero… ¿en qué consiste esto del juego del amor?

Esta idea no es mía pero el que me la inspiró no tenía el copyright a pesar de tener un master. El juego del amor consiste en estar siempre en el candelero de la atracción. Es estar en un quién sabe cuando, o como diría mi amigo Oliver, es estar pendiente de quien hay hasta en la sección de lechugas del Mercadona. El juego del amor es un no pero sí un sí pero no. Un hoy tú (A) y mañana tú (B) y  pasado otra vez tú (A) aunque estoy a ver si hablo con C. Y mientras tanto otras variables que entran y salen de la ecuación. El juego del amor te mantiene alerta, inquieto, vivo. El juego del amor desgasta pero también te da un revulsivo para vivir con más ganas, con ilusión, con una sonrisa por la mañana. Como diría ella… el juego del amor es lo único.

El juego del amor ha existido siempre. De hecho, ¿cuántas veces habrá cambiado el rumbo de la historia por el juego del amor? Igual que cambia el de las familias, las empresas, los gobiernos… el juego del amor lo cambia todo porque se fundamenta en el instinto más básico: la atracción.

No podemos hablar del juego del amor sin mencionar su forma. ¿Se te ocurre cual es la forma geométrica el juego del amor? Piénsalo. Cuenta hasta 3 antes de seguir leyendo…

Sí, has acertado. El juego del amor tiene forma de triángulo:

A quiere a B

B quiere a C

C quiere a A

Y entonces nunca nadie está satisfecho y el juego del amor nunca termina. C quiere a A pero como A quiere a B y B quiere a C, C intenta buscar a alguien que se parezca mucho a A pero no existe y entonces sigue buscando y sigue y sigue… y mientras tanto entran más y más fichas el juego del amor… y todo es un lío salvo que un día alguna ficha se salga del juego y se pare la partida.

Como decía antes, el juego del amor ha existido siempre pero como todo nuestro día a día, ha sido automatizado. El juego del amor es mucho más fácil con la tecnología. Las aplicaciones de conocer gente son un supermercado de fichas del juego del amor. Si es que, ya lo dice Oliver que voy a encontrar al amor de mi vida (¿amor de mi vida?) en el supermercado… Y que conste que no culpo a nadie. La que escribe también participa en el juego, a veces con piezas de A, a veces con piezas de B y otras con piezas de C. La diferencia ahora respecto al histórico juego del amor, es que acceder al juego es muy fácil y eso hace que todo se mueva muy rápido. Y a medida que se juegas más, se captan antes las fichas y el grupo en el que están jugando otros… y es que probablemente lo divertido del juego no sea ganar, sino jugar. Y así estamos, en una partida constante del juego del amor. Sin amor pero con cariño. Pero cuidado con las cartas de los sentimientos. Pueden dejarte fuera del juego o dentro para siempre.

¿Quieres leer más sobre el juego del amor? Entonces déjame tu comentario. ¡Venga, venga!

No me motives, inspírame

Me aburren las cuentas de Instagram que sin ser profesionales, son monotemáticas. Selfie pa’tí, selfie pa’ mí, modelito pa’llá, modelito pa’cá. Tratamiento facial por aquí, tratamiento anticelulítico por allá. Y los mejores, los de las frases de motivación. Alguno dirá, “pero si sigues un montón de cuentas de frases de motivación”… Efectivamente, por eso me he dado cuenta de esto que voy a contar a continuación.

“Lucha por tus sueños”… pero se les olvida decir que eso es no quedarte en el sofá. Que eso es formarte, conocer a personas inspiradoras, informarte, ponerte en el camino del sueño con todo tu esfuerzo y no sólo con todas tus ganas. Y aun así, aunque hagas todo para ponerte en el camino para cumplir tus sueños, habrás de estar en lugar exacto del camino, a la hora que pasa el autobús que te lleva a los sueños, porque si llegas antes, tal vez te equivoques de autobús, y si llegas 3 segundos después, tal vez lo pierdas y nunca regrese o no llegues ni siquiera a verlo. Eso no lo dicen las frases de motivación. Ni tampoco, que mientras tú estás esperando el autobús, alguien que ha salido de su casa conduciendo un Ferrari, adelanta al autobús en la primera parada.

En primer lugar, antes de luchar por los sueños, uno ha de tener una idea fija de cuáles son los sueños. Lo normal es que a medida que te acercas, el sueño se vaya desvirtuando y vayas diciendo… “no, no, no, así no” Entonces, ¿cómo lograr el sueño si ni siquiera lo tenemos claro? Si el sueño es dinámico y no hay un punto fijo al que llegar sino que este va cambiando de sitio, difícilmente vamos a poder lograrlo. Por decirlo de una forma más visual, el GPS de nuestro destino se vuelve loco. Pero esto no te lo cuentan en el perfil de Instagram donde sólo te dicen que luches por tus sueños, sin ponerte en contexto y sin hacerte reflexionar.

En segundo lugar, está genial que luchemos por nuestros sueños. Personas felices hacen un mundo más armonioso, más tranquilo, más pacífico y por lo tanto, un mundo mejor. Pero tengamos dos dedos de frente, por ejemplo, a la hora de emprender. Está genial que pongamos una idea en marcha. De hecho, todos deberíamos tener una idea que poner en marcha como plan A o plan B. Pero no se puede emprender dejándolo todo si no se tienen otras fuentes de ingresos. Están genial las frases de motivación que empujan a liderar el desarrollo de una idea emprendedora pero antes de dejarlo todo y lanzarse a la piscina, es conveniente echar un vistazo al perfil socioeconómico de ese que te dijo que lo hagas porque a él (o ella) le fue todo genial por dejar todo para alcanzar su sueño. Probablemente su respaldo familiar no sea el mismo que el tuyo o el mío. Es muy bohemio y muy moderno lo de emprender, pero todos, bohemios, soñadores y conservadores, tenemos la mala costumbre de comer varias veces al día y de dormir en un lecho caliente.

Otras de mis páginas favoritas son las páginas de frases de amor. Reconozco que algunas me hacen muchísima gracia porque me doy cuenta de que a todos nos persiguen los mismos monstruos pero de nada sirven las frases motivadoras de amor sin una reflexión de porqué o cómo se ha llegado a ese punto. También están las de amor de cuento, un concepto del amor idealizado como si eso fuera posible mantenerlo en el tiempo. Pero vende porque gusta. Y entonces nos creemos que eso es posible porque lo dice un perfil de Instagram. Y sí, las historias de amor existen pero todas tienen fecha de caducidad. ¿A que eso no lo dicen en Instagram? ¿A que Instagram no habla de otras formas de querer y quererse que no son las establecidas? También hay muchas que hablan del amor propio pero tampoco dan pautas para que empieces a quererte a ti mismo de verdad y no sólo en el estado de Whatsapp. Sólo te dicen que lo hagas pero no por donde empezar. “Si no te quieres tú nadie te va a querer”, sí vale pero necesito más. Necesito algo que me transforme, algo mucho más complejo que una simple frase. Algo que me haga entenderlo e interiorizarlo, algo que deje huella y perdure en el tiempo. Parecido a lo que pasa cuando tienes 18 años y tu madre te dice que ese chico no te conviene y tú no te das cuenta hasta que son tus amigos los que siembran la semilla de transformación en ti para que tú y sólo tú te des cuenta de los motivos por los que no te conviene.

Y es esto lo que le falta a las tazas, libretas, pegatinas, cuadros etc. que están generando millones de ingresos desde hace años gracias a su difusión en redes sociales. Hay frases preciosas pero no promueven que haya una reflexión que nos lleve hacia el cambio, no hay una verdadera ayuda personal, por lo que las frases no se quedan en más que business & followers (para que lo entienda mi madre negocio y seguidores en redes sociales). Y esto es lo que me da verdadera rabia. En realidad estamos muy necesitados de esto, de ahí el éxito de las frases. Sin embargo no profundizamos, no vamos más allá. Y hablo en primera persona. Ayer, a menos de un mes de cumplir 35 años, me di cuenta de algo que jamás había pensado. Y no será que no leo frases motivadoras todos los días desde hace 10 años.

El yoga, la meditación, el budismo, los retiros… todo tan de moda. Y detrás de todo, las frases de motivación en redes sociales. Pero me sorprende porque a pesar del éxito de las frases sigo sin ver una sociedad más concienciada. ¿Entonces? De nada sirve todo si detrás del todo no hay un cambio, un aprendizaje. A veces necesitamos ayuda para hacer esa reflexión porque no estamos acostumbrados a pensar. Para esto, claro que sí, existen perfiles en redes sociales que de verdad inspiran, para que todo el tiempo que pasamos metidos en esas aplicaciones sirva para que seamos más felices nosotros y como dije antes, todo el mundo por extensión. Pero insisto en que no todas las páginas de motivación fomentan la reflexión. Esa es la diferencia entre hacer business comprometido o hacer business por el business.

Probablemente parte de la culpa la tengan los nefastos sistemas educativos que en vez de enseñarnos a pensar y a madurar desde pequeños, nos enseñaron a seguir la corriente. Y nuestros padres… que con su mejor intención nos criaron como protagonistas de un cuento de Disney. Pero eso lo dejamos para otra vez que ahora tengo que seguir reflexionando.

😉

Del ciclismo para la vida; lecciones de la temporada

El ciclismo es probablemente uno de los deportes más exigentes. Pruebas de tres semanas de duración donde no hay tregua para tener un mal día. La exigencia en ciclismo es máxima; largas jornadas de entrenamiento y de competición, condiciones meteorológicas adversas, accidentes, problemas mecánicos, aficionados impertinentes, etc. Es un deporte que exige estar siempre al máximo rendimiento, de ahí que sea uno de los deportes más afectados por el dopaje. Pero además de esto, tiene detrás una gestión estratégica profesional donde todo está planificado con anterioridad y si surge algo inesperado, se planifica en ese momento.

Pero no. No se trata de ciclismo. Se trata del comportamiento humano y de la forma de organización social que el ciclismo nos enseña. Sólo basta mirar la última temporada.

  1. Apuesta por las mujeres

2018 está siendo el primer año del equipo femenino Movistar Team. Otros sponsors que actualmente ya tienen equipo masculino como Trek, ya han anunciado que el próximo año contarán también con un equipo femenino profesional. Pero aún queda mucho por hacer. En el caso de Trek (fabricante de bicis) es obvio que detrás de esta decisión hay una intención de adentrarnos a las mujeres en la afición a las bicis de carretera y bienvenido sea aunque sea con fines comerciales. Una pincelada en una esquinita del lienzo.

Fuente: Doug Pensinger/Getty Images Europe

La verdadera discriminación, y hablo de discriminación en general, comienza cuando no se le ofrece la misma oportunidad a todas las personas con un mismo interés en conseguir algo. El Tour, y hablo del Tour porque es la carrera ciclista por excelencia, ofrece a las chicas una carrera de un día frente a las 21 etapas de la carrera masculina. Sin embargo, a juzgar por las crónicas, el espectáculo ofrecido este año por las chicas fue brillante en comparación al que a menudo ofrecen los chicos pro. Entonces ¿por qué ofrecerles un recorrido tan diferente al masculino? “Sólo” falta darles más espacio en los medios de comunicación y hacer que la publicidad de los maillots sea tan rentable como es la de los hombres. No se trata de ponérselo más fácil sino de darles la oportunidad de demostrar que ellas también pueden rentabilizar la inversión manteniéndonos pegados a la tele o al lateral derecho del sofá 😉